Dermatología
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Prurito / picor
Es una sensacion que provoca el deseo de rascado.
Las causas del prurito en animales, especialmente en el perro y el gato, son muy diversas. Por ejemplo, alergias, enfermedades de tipo autoinmune, dermatopatías, ectoparásitos (pulgas, piojos, ácaros), etc.
El picor puede ser una molestia extremadamente incómoda para nuestras mascotas, además de contribuir al agravamiento del problema debido a las lesiones secundarias que puede provocar un rascado, frotamiento o lamido excesivo.
En ocasiones, establecer la causa del prurito no es sencillo, por lo que puede ser necesaria la realización de pruebas complementarias que ayuden al veterinario a realizar un diagnóstico adecuado.
El tratamiento se establece en función de la causa que provoca el prurito, siendo frecuentes el uso de champúes y lociones antipruriginosas e hidratantes, antiinflamatorios sistémicos, antiparasitarios externos, dietas de eliminación (alimentación hipoalergénica) o fármacos alternativos de nueva generación con mínimos efectos secundarios.
Si tu perro o gato presentan prurito, no dudes en llevarlo al veterinario cuanto antes, ya que la desesperación que pueden sufrir, a causa de un picor excesivo, puede provocar estados de ansiedad y lesiones que disminuyen, en gran medida, la calidad de vida de nuestras mascotas.
Alergia
Es una reacción inmunitaria exagerada del organismo a un estímulo o agente ambiental o alimentario que puede afectar a área concretas (localizadas) o a todo el cuerpo (generalizadas).
El síntomas más común es el picazón o prurito y enrojecimiento de las zonas afectadas. Sin embargo, las lesiones debidas al rascado excesivo pueden provocar lesiones secundarias como heridas, úlceras, alopecias o costras en la piel. Los animales con alergia también pueden presentar alteraciones respiratorias, secreción nasal y ocular, otitis, así como alteraciones digestivas en el caso de alergias alimentarias.
Los tipos de alergia más frecuentes son las dermatitis atópicas, las alergias a la picadura de la pulga, alergias alimentarias, reacciones alérgicas a los medicamentos o alergias por contacto.
Acudir al veterinario para detectar la causa temprana es fundamental para evitar evoluciones indeseables así como cronificaciones de la enfermedad.
Dermatitis picadura pulga
Se trata de una reacción alergica a la saliva de la pulga que, tras su picadura, provoca una reacción inflamatoria y muy pruriginosa en algunos animales.
Generalmente, podemos observar que se rascan o mordisquean en la base de la cola, en el abdomen y en la cara interna de los muslos de nuestros perros y gatos, incluso tras la picadura de una sola pulga.
Habitualmente, el tratamiento se basa en el uso de antipruriginosos y antiinflamatorios tanto tópicos como sitémicos espécificos, así como en el mantenimeinto de los animales libres de parásitos externos mediante el uso de antiparasitarios externos y repelentes.
Por tanto, es importante mantener a tu mascota con las desparasitaciones, tanto internas como externas, al día para protegerlos de esta y otras afecciones que los párasitos pueden provocarles.
Sarna
Es una enfermedad parasitaria que afecta a la piel de nuestros animales causada por diferentes organismos microscópicos denominados ácaros.
Los ácaros de la sarna suelen provocar una importante irritación e inflamación de la piel, lesiones que se complican a causa de alteraciones bacterianas secundarias al rascado excesivo por el intenso prurito que suelen provocar (heridas, excoriaciones, descamación, costas, pérdida de pelo, etc.).
Las sarnas pueden ser localizas cuando afectan a zonas concretas del cuerpo, como las orejas o alrededor de los ojos, o generalizadas cuando afectan a todo el cuerpo. En aquellos casos más avanzados, las sarnas pueden producir graves alteraciones en la condición física del animal y, en casos extremos, la muerte.
Las infestaciones por ácaros pueden transmitirse entre animales y, en algunos casos, pueden transmitirse a las personas (zoonosis).
Por tanto, si observamos a nuestra mascota con estos u otros síntomas similares, es importante que acudamos al veterinario tan pronto como sea posible para que sea tratados de forma adecuada, evitando que la enfermedad evolucione a sus formas clínicas más severas y complicadas.
Alopecia
Es la ausencia parcial o total del pelo en aquellas zonas del cuerpo en las que de manera normal está presente.
La alopecia puede originarse por múltiples causas de tipo inmunológico, parasitario, infeccioso, nutricional, endocrino, metabólico o traumático. Sin embargo, en algunos casos, se trata de alteraciones dermatológicas de tipo hereditario asociadas a las distintas capas de pelaje. Y puede ser focal, multifocal o generalizada, y simétrica o asimética.
Puede ser que nuestros animales presenten alopecia como único signo clínico o que existan otros signos asociados como enrojecimiento, picor, pústulas, úlceras, costras, etc. que acompañan a estas lesiones. También puede presentarse manifestaciones generales como apatía, anorexia y pérdida de peso, obesidad, poliuria y polidipsia que nos pueden estar indicando la presencia de una enfermedad sistémica.
Así pues, afrontar el diagnóstico de las alopecias en las mascotas es complejo, sin embargo, es fundamental llegar a la causa lo más pronto posible debido a las repercusiones, no exclusivamente dermatológicas, que puede haber con el paso de tiempo. Por lo tanto, si ves estas maniferstaciones en tu perro o gato, no dudes en acudir a tu veterinario.
Hongos
Existen diversos tipos de hongos que pueden afectar a nuestras mascotas, sin embargo, los más habituales son aquellos que producen la denominada tiña o dermatofitosis.
Los hongos de la tiña habitan en los folículos pilosos y el pelo, produciendo lesiones , inicialmente redondeadas y alopécicas que producen picor, enrojecimiento, descamación y cambios de coloración en la piel y otras alteraciones dermatológicas.
Pueden contagiarse tanto los animales como las personas (zoonosis), mediante contacto directo entre animales y contacto indirecto, a través de superficies y objetos contaminados.
En la mayoría de los casos, la tiña debe ser diagnosticada y tratada adecuadamente por el veterinario para evitar la extensión y gravedad de las lesiones, y prevenir el contagio a personas y otros animales.
Generalmente, el tratamiento es largo y se basa en la aplicación de antifúngicos administrados vía oral y vía tópica en forma de champúes, pomadas o lociones fungicidas, con un buen pronóstico.