Traumatología
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Descubre veterinarios especialistas en traumatología que brindarán una atención integral personalizada para el tratamiento de lesiones y fracturas con el objetivo de conseguir una pronta recuperación de tu mascota.
Rotura ligamento cruzado anterior
El ligamento cruzado anterior es uno de los cuatro ligamentos que conforman la rodilla del perro y del gato. Su función es limitar la rotación y el desplazamiento de la tibia, así como prevenir la hiperextensión de la rodilla, y su rotura es la más común de los cuatro.
Aunque cualquier perro puede sufrir una lesión de este ligamento, existe cierta predisposición de algunas razas, especialmente aquellas de tamaño pequeño con sobrepeso, y las grandes o gigantes, ya que tienen tendencia a sufrir lesiones articulares y ligamentosas.
Algunos de factores como el sobrepeso, sedentarismo, alteraciones endocrinas o actividades que fuercen en exceso los ligamentos pueden provocar la rotura parcial o total del ligamento cruzado anterior.
Los signos clínicos que podemos observar cuando este ligamento está afectado son: cojera sin apoyar alguna de las extremidades posteriores de forma intermitente o continua e inflamación de la articulación.
El tratamiento puede ser conservador multimodal o quirúrgico, este último especialmente cuando la rotura del ligamento es completa.
Una buena recuperación mediante el cumplimiento del reposo indicado, la rehabilitación y fisioterapia adecuada es fundamental para que la rodilla recupere su funcionalidad.
Hernia discal
Es una enfermedad degenerativa de los discos intervertebrales durante la cual se produce una compresión de la médula espinal en diferentes grados.
Las razas de mayor predisposición son los Bull Dog y los Teckel, debido a su conformación anatómica.
En función de la lesión y el área afectada, los síntomas pueden ir desde dolor e incoordinación motora hasta dificultad al caminar y defecar o parálisis de las extremidades.
El diagnóstico se realiza mediante la observación de los signos clínicos y una adecuada exploración neurológica. Además, el veterinario puede requerir pruebas complementarias que identifiquen la lesión y confirmen el diagnóstico, como radiografías, melografías, tomografía axial computarizada (TAC) o resonancias magnética.
El tratamiento de la hernia discal puede ser quirúrgico o conservador (reposo, terapia analgésica y antiinflamatoria y fisioterapia), dependiendo de factores como la gravedad de los síntomas, el tiempo transcurrido desde que se produjo la lesión o la edad del paciente.
Displasia de cadera
Es una enfermedad del desarrollo que afecta a la articulación de la cadera, también llamada articulación coxofemoral.
Se trata de una enfermedad hereditaria, degenerativa y crónica, que finaliza con la deformación e incongruencia de dicha articulación y signos de osteoartrosis.
Existen diferentes grados de displasia de cadera en perros, pero en general los signos clínicos que se producen son: dificultad para levantarse y para moverse, rigidez y atrofia de la musculatura de las extremidades posteriores, alteraciones del comportamiento por dolor.
La mayor predisposición racial se da en los pastores alemanes.
El tratamiento puede ser médico conservador para aliviar la inflamación y el dolor mediante la aplicación de terapia multimodal a base de medicamentos analgésicos y antiinflamatorios, suplementos nutricionales con protectores articulares, ejercicio moderado, control del peso, láser terapéutico y fisioterapia.
También puede realizarse un tratamiento quirúrgico mediante diferentes técnicas, reservado especialmente a perros jóvenes que han finalizado el crecimiento o casos muy graves bajo criterio veterinario.
Fracturas
Es una ruptura parcial o total del hueso o del cartílago a causa, generalmente, de enfermedades que debilitan los huesos, caídas (gato paracaidista), traumatismos o golpes, que aplican sobre el hueso una fuerza superior a la que este puede soportar.
Las fracturas óseas pueden ser abiertas, si el hueso queda expuesto a través de una herida en la piel , o cerradas, si el hueso se rompe pero la piel permanece intacta.
Tanto los síntomas como el tratamiento pueden variar en función del área fracturada. En general, podemos observar dolor repentino, dificultad en el movimiento de la zona lesionada, hinchazón, calor, enrojecimiento y deformación del área fracturada.
Artrosis
Es una enfermedad degenerativa en la que se produce una destrucción progresiva del cartílago de las articulaciones, engrosamiento de la cápsula articular y nueva formación de hueso alrededor de la articulación. Las articulaciones con artrosis son menos flexibles provocan dolor y dificultan la movilidad.
La artrosis puede afectar a cualquier articulación del cuerpo como caderas, rodillas, hombros, codos o la columna vertebral. Las principales causas son el envejecimiento normal, traumatismos o malformaciones de esa zona.
Los síntomas más frecuentes son dolor con una disminución de la actividad física, rigidez de las extremidades, cojera, cambios en la postura y el movimiento, a menudo acompañado de cambios conductuales debido al dolor.
El tratamiento se debe llevar a cabo mediante diferentes enfoques (multimodal), siendo principalmente de tipo conservador. Este tipo de tratamiento incluye terapia analgésica y anti inflamatoria, control de peso, suplementos articulares, limitación de la actividad y rehabilitación. Sin embargo, el tratamiento quirúrgico puede estar indicado en algunos casos.
Cojeras
Es una anomalía en el apoyo y la marcha que puede estar provocada por una alteración de tipo mecánico que afecta al aparato locomotor (músculos, huesos, tendones, ligamentos, articulaciones) de tipo neurológico o a causa de dolor.
Las causas de las cojeras pueden ser múltiples: traumatismos, golpes, fracturas, sobreesfuerzos, heridas, artrosis, crecimiento excesivo de las uñas en cualquier parte de una extremidad. La gravedad e intensidad varía en función del tipo de fractura, el grado y los síntomas que produce.
Para disgnosticar la causa de una cojera e instaurar un tratamiento adecuado, el veterinario realizará una exploración física y ortopédica completa así como un examen neurológico del animal, pudiendo ser necesaria la realización de pruebas hematológicas específicas o de imagen (radiografías, ecografías, TAC o resonancia magnética).
Establecer la causa de la cojera y establecer un tratamiento adecuado es muy importante, por lo que no dudes en acudir al veterinario cuanto antes para evitar complicaciones o afecciones mayores.